Era un negocito muy claro y limpio, lleno de mesitas con cubiertas de mrmol. Detrs de un mostrador estaba de pie una seora rubia con un delantal blanqusimo.
La calle era poco transitada. Habra podido comer en uno de los figones que estaban junto al muelle, pero se encontraban llenos de gente que jugaba y beba. En la lechera no haba sino un cliente. Era un vejete de anteojos, que con la nariz metida entre las hojas de un peridico, leyendo, permaneca inmvil, como pegado a la silla.
Sobre la mesita haba un vaso de leche a medio consumir. Esper que se retirara, paseando por la acera, sintiendo que poco a poco se le encenda en el estmago la quemadura de antes, y esper cinco, diez, hasta quince minutos.
Se cans y parse a un lado de la puerta, desde donde lanzaba al viejo unas miradas que parecan pedradas. Qu diablos leera con tanta atencin! Lleg a imaginarse que era un enemigo suyo, el cual, sabiendo sus intenciones, se hubiera propuesto entorpecerlas.
Le daban ganas de entrar y decirle algo fuerte que le obligara a marcharse, una grosera o una frase que le indicara que no tena derecho a permanecer una hora sentado, y leyendo, por un gasto tan reducido. Por fin el cliente termin su lectura, o por lo menos la interrumpi. Se bebi de un sorbo el resto de leche que contena el vaso, se levant pausadamente, pag y dirigise a la puerta.
Sali; era un vejete encorvado, con trazas de carpintero o barnizador. Apenas estuvo en la calle, afirmse los anteojos, meti de nuevo la nariz entre las hojas del peridico y se fue, caminando despacito y detenindose cada diez pasos para leer con ms detenimiento. Esper que se alejara y entr. Un momento estuvo parado a la entrada, indeciso, no sabiendo dnde sentarse; por fin eligi una mesa y dirigise hacia.
Acudi la seora, pas un trapo por la cubierta de la mesa y con voz suave, en la que se notaba un dejo de acento espaol, le pregunt:. Cuando la seora se dio vuelta, l se restreg las manos sobre las rodillas, regocijado, como quien tiene fro y va a beber algo caliente. Volvi la seora y coloc ante l un gran vaso de leche y un platillo lleno de vainillas, dirigindose despus a su puesto detrs del mostrador. Su primer impulso fue el de beberse la leche de un trago y comerse despus las vainillas, pero en seguida se arrepinti; senta que los ojos de la mujer lo miraban con curiosidad.
No se atreva a mirarla; le pareca que, al hacerlo, conocera su estado de nimo y sus propsitos vergonzosos y l tendra que. Pausadamente tom una vainilla, humedecindola en la leche y le dio un bocado; bebi un sorbo de leche y sinti que la quemadura; ya encendida en su estmago, se apagaba y deshaca. Pero, en seguida, la realidad de su situacin desesperada surgi ante l y algo apretado y caliente subi desde su corazn hasta la garganta; se dio cuenta de que iba a sollozar, a sollozar a gritos, y aunque saba que la seora lo estaba mirando, no pudo rechazar ni deshacer aquel nudo ardiente que se estrechaba ms y ms.
Resisti, y mientras resista, comi apresuradamente, como asustado, temiendo que el llanto le impidiera comer. Cuando termin con la leche y las vainillas se le nublaron los ojos y algo tibio rod por su nariz, cayendo dentro del vaso. Un terrible sollozo lo sacudi hasta los zapatos. Afirm la cabeza en las manos y durante mucho rato llor, llor con pena, con rabia, con ganas de llorar, como si nunca hubiera llorado.
Inclinado estaba y llorando, cuando sinti que una mano le acariciaba la cansada cabeza y una voz de mujer, con un dulce acento espaol, le deca:.
Una nueva ola de llanto le arras los ojos y llor con tanta fuerza como la primera vez, pero ahora no angustiosamente, sino con alegra, sintiendo que una gran frescura lo penetraba, apagando eso caliente que le haba estrangulado la garganta.
Mientras lloraba, parecile que su vida y sus sentimientos se limpiaban como un vaso bajo un chorro de agua, recobrando la claridad y firmeza de otros das. Levant la cabeza y mir a la seora, pero sta no le miraba ya, miraba hacia la calle, a un punto lejano, y su rostro estaba triste. En la mesita, ante l, haba un nuevo vaso lleno de leche y otro platillo colmado de vainillas; comi lentamente, sin pensar en nada, como si nada le hubiera pasado, como si estuviera en su casa y su madre fuera esa mujer que estaba detrs del mostrador.
Cuando termin ya haba obscurecido y el negocio se iluminaba con la bombilla elctrica. Estuvo un rato sentado, pensando en lo que le dira a la seora al despedirse, sin ocurrrsele nada oportuno. El viento que vena del mar refresc su cara, caliente an por el llanto.
Camin un rato sin direccin, tomando despus por una calle que bajaba hacia los muelles. La noche era hermossima y grandes estrellas aparecan en el cielo de verano. Pens en la seora rubia que tan generosamente se haba conducido, e hizo propsitos de pagarle y recompensarla de una manera digna cuando tuviera dinero; pero estos pensamientos de gratitud se desvanecan junto con el ardor de su rostro, hasta que no qued ninguno, y el hecho reciente retrocedi y se perdi en los recodos de su vida pasada.
De pronto se sorprendi cantando algo en voz baja. Se irgui alegremente, pisando con firmeza y decisin. Despus la fatiga del trabajo empez a subirle por las piernas en un lento hormigueo y se sent sobre un montn de bolsas.
Mir el mar. Las luces del muelle y las de los barcos se extendan por el agua en un reguero rojizo y dorado, temblando suavemente. Se tendi de espaldas, mirando el cielo largo rato. No tena ganas de pensar, ni de cantar, ni de hablar. Se senta vivir, nada ms.
Manuel Rojas Seplveda Buenos Aires, Argentina, 8 de enero de - Santiago, Chile, 11 de marzo de fue un escritor chileno, autor de ms de una veintena de libros, que abarcaron cuentos, novelas, poemarios y ensayos. En fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura. Su madre retorna con l a la capital argentina en , dos aos despus de enviudar. Autodidacta, Rojas estudi en la escuela solo hasta los 11 aos. Vive con su madre en distintas casas de inquilinato de los barrios de Caballito, Flores y Boedo; en se mudan a Rosario y, en , a Mendoza.
En esos aos de esfuerzos y penurias, desempea variados oficios: pintor, electricista, estibador, cuidador de faluchos en Valparaso, vendimiador, pen del Ferrocarril Trasandino, talabartero, aprendiz de sastre, actor en compaas teatrales, entre otros.
Empieza a colaborar con los diarios anarquistas La Protesta de Buenos Aires y La Batalla de Santiago, donde escribe crnicas sobre poltica, educacin y sociedad en , para el centenario del retorno a Chile, Jorge Guerra, presidente de la Fundacin Manuel Rojas, recopila los textos del peridico chileno, los cuales firmaba unas veces con su nombre y otras con el seudnimo de Tremalk Naik, en la antologa Un joven en la batalla.
Su primera publicacin literaria fue un poema el soneto El gusano, que apareci en en la revista Los Diez, perteneciente al grupo homnimo; cuatro aos ms tarde, en , a su paso por Mendoza integrando una compaa de teatro, public un poemario bajo el nombre de Poticas en la revista Ideas y Figuras. Al ao siguiente obtendr su primer galardn con su cuento La laguna, que gana el segundo premio en el concurso de la revista bonaerense La Montaa. Su primer libro de cuentos, Hombres del Sur, aparece en En , el mismo ao que muere su madre y que es contratado como bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Chile, se casa con la profesora y poetisa Mara Baeza con quien tendr tres hijos, y cuya muerte inspirar el poema.
Su primera novela, Lanchas en la baha, que haba escrito en , aparece en En public su segunda novela, La Ciudad de los Csares, fallece su esposa y asume como director de la imprenta de la Universidad de Chile. Aos ms tarde, Rojas declarara en una entrevista su arrepentimiento por haber escrito esta novela, por encontrarla no solo mala, sino adems demasiado ficticia.
El escritor es hijo de su experiencia. Un escritor sin experiencia es un ente inconcebible, sostena. Rojas public en su obra cumbre, Hijo de ladrn, con la que "abre un nuevo rumbo a la novela chilena".
Dos aos antes, haba sacado un fragmento de esta obra en Babel, de la que era colaborador habitual, y posteriormente aparecern en esa revista las pginas excluidas de la novela. Rojas haba obtenido mencin honrosa en el concurso de la Sociedad de Escritores de Chile SECH , al que haba presentado la novela con el ttulo de Tiempo irremediable y el seudnimo de Torestin.
El cambio de nombre lo hizo a sugerencia del escritor Enrique Espinosa. Con Mejor que el vino , Sombras contra el muro y La oscura vida radiante , Hijo de ladrn forma una tetraloga de aprendizaje que tiene como protagonista a Aniceto Hevia. En Ciudad Jurez se cas con Julianne Clark, residi un ao en el Distrito Federal donde escribi Pas por Mxico un da , libro basado en sus lecturas sobre la literatura y la historia mexicana, as como en sus vivencias en este pas. En viaj a Cuba, inicialmente como delegado chileno, junto a Salvador Allende, a la Conferencia Tricontinental, y luego particip como miembro del jurado del concurso de literatura de Casa de las Amricas.
Las traducciones de sus libros se multiplicaron. En fue invitado a Israel y ese mismo ao public sus impresiones de dicho pas en el libro Viaje al pas de los profetas. Sobre la importancia del autor, el portal cultural Memoria Chilena dice: "Manuel Rojas fue un escritor autodidacta que revolucion la forma narrativa, rechazando el realismo tradicional del naturalismo y criollismo en boga hasta la fecha, cambiando las estructuras y el lenguaje tanto como la sensibilidad de los personajes y las situaciones narrativas [ Es la primera vez que en la narrativa chilena aparecen en forma consciente los procedimientos utilizados en la novela anglosajona, sobre todo por James Joyce y William Faulkner.
Otro rasgo. En empez a escribir lo que sera su ltima novela: La oscura vida radiante, la cual fue publicada en Buenos Aires en Por su contenido, la dictadura de Pinochet impidi que esta obra fuera editada en Chile, lo que slo se hizo ms de diez aos despus, en Rojas muri en Santiago el 11 de marzo de a los 77 aos de edad.
A sus funerales asistieron numerosas personalidades de Chile, entre ellas, el presidente Salvador Allende y el Senado le rindi un homenaje. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y forman parte de las lecturas obligatorias en los colegios de su pas.
Algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla grande. As, el cuento Un ladrn y su mujer, fue adaptado al cine con el mismo nombre por el director Rodrigo Seplveda. Estrenada en , la pelcula est protagonizada por Ramn Llao y Amparo Noguera. La pelcula mezcla tambin pasajes de la vida real del escritor, que interpreta lvaro Rudolphy. Segundo premio en el concurso de la revista bonaerense La Montaa por el cuento La laguna. Segundo premio en el concurso de la revista Caras y Caretas por el cuento El hombre de los ojos azules.
Poticas, poemas. Edicin monogrfica de la revista "Ideas y Figuras". Mendoza, Argentina. De la poesa a la revolucin, ensayos, Ercilla, Santiago, descargable desde Memoria Chilena. Hijo de ladrn, 1 novela de la tetrologa de Aniceto Hevia, Nascimento, Santiago, La oscura vida radiante, 4 novela de la tetrologa de Aniceto Hevia; Sudamericana, Buenos Aires, ; descargable desde Memoria Chilena.
La prosa nunca est terminada, rene una docena de textos dispersos y fragmentos de entrevistas; editado por Andrs Florit, Ediciones UDP, Santiago, Cerrar sugerencias Buscar Buscar. Saltar el carrusel. Carrusel anterior. Carrusel siguiente. Explora Audiolibros. Explora Revistas. Explora Podcasts Todos los podcasts. Dificultad Principiante Intermedio Avanzado. Explora Documentos. El Vaso de Leche. Cargado por MarieLa Herrera Cuevas.
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